Cada año cuando llega Diciembre, el último mes del año ,sin
quererlo me sintonizo con mi pasado , no puedo evitarlo y mentalmente reviso
mis momentos fallidos, mis errores, pero también me detengo a detallar mis éxitos,
mis mejores decisiones mis logros…al final termino agotada y decido apagar esa
maravillosa proyección de mi misma para poder proyectarme en mi presente ,en mi
hoy, esto he solido hacerlo cada año de mi vida con mayor o menor profundidad
de acuerdo a mi experiencia, por supuesto partir del último mes del año.
Administrativamente esto sería el cierre del año en
ganancias y pérdidas. Así empiezo mi estimación la cual termina en el último
día del mes, mientras durante mi análisis me digo, has tenido un rendimiento más alto de lo que esperabas, has logrado
superarte en cada aspecto y escribo cada cosa que en su momento logró hacerme
perder la riqueza más grande que tiene un ser humano… La paz interior y
descubro que falta poco para alcanzar mi equilibrio, sigo hurgando en mi análisis
y me doy cuenta que en todos los momentos difíciles de este año que casi
termina me apoyé en dos armas importante para no llegar a la bancarrota de mi
vida, la primera la fe en Dios y la segunda mi propia fortaleza la cual no existiría
sin la primera.
El aprendizaje más claro que he obtenido es que vivir es el
mayor proyecto de un ser humano que la
visión de este maravilloso proyecto es hacer posible todo lo que parece imposible y cristalizar cada sueños convirtiéndolo
en objetivos y la misión, vivir intensamente,
pero hacerlo bien, sin culpas, sin reminiscencias de un pasado que ya cumplió
su objetivo y con la seguridad que cada año venidero será mejor porque el ser
humano se fortalece y aprende de sus errores. Hoy me siento fortalecida y cada
día declaro en nombre del Señor lo estaré más.
En conclusión....¡ Bendita y mágica época! cuando le encontramos
su verdadero significado.
Bendito y maravilloso proyecto que aún tengo la
oportunidad de poner en práctica ¡Vivir!.